Metodología didáctica cognoscitivista
Oponiéndose
contundentemente ante la metodología conductista defendida por Watson, Skinner
y Pavlov, aparece el constructivismo y cognitivismo. Estas dos corrientes
defienden el desarrollo del alumno a través de su aprendizaje basado en el
esfuerzo personal en detrimento del moldeado de la conducta con patrones
determinados que defendía el conductismo.
El cognoscitivismo
resalta su preocupación por el desarrollo de las habilidades mentales y su
representación en el aprendizaje y sus principales defensores son Jerome Bruner,
David Ausubel, Piaget y Vigotski. Los dos primeros se decantan más por el
cognitivismo y los dos últimos por el constructivismo, aunque no difieren mucho
las dos teorías de los objetivos finales que se desean conseguir.
Un propósito fundamental
de la teoría cognoscitivista es la de formar sujetos capaces de transferir el
aprendizaje escolar a la vida real. Pero, ¿qué procesos internos conlleva?
Principalmente, la comprensión, la atención, la memoria y la adquisición de
nueva información a través de la percepción. En definitiva, lo importante es
atender a los sistemas de retención y recuperación de datos y a las estructuras
mentales donde se albergará la información.
Haciendo una descripción más pormenorizada,
podríamos afirmar que la finalidad del cognoscitivismo se centra en enseñar a
pensar o aprender a aprender. Siempre a través
del desarrollo de habilidades estratégicas que permitan convertir al
alumno en un procesador activo, interdependiente y, muy importante, crítico en
la construcción del conocimiento.
¿Qué características tendría esta metodología
de enseñanza?
—Se debe comprender la meta del aprendizaje.
¿Qué es lo que se va a aprender?
—Se debe llevar una estrategia adecuada para
obtener el logro de la meta.
—Se debe llevar un monitoreo y seguimiento
del proceso para conseguirlo.
—Se debe evaluar sobre los logros conseguidos
en relación con la meta identificada.
Siguiendo estos pasos, el rol del docente es
el de organizar y desarrollar experiencias didácticas que favorezcan el
aprendizaje del alumno. Es de vital importancia que el profesor esté siempre
dispuesto a motivar al alumnado, a pensar qué proceso seguir para conseguir de
los alumnos un aprendizaje significativo.
Pero, ¿qué es el aprendizaje significativo?
David Ausubel (1968) lo define como el
proceso a través del cual una nueva información o nuevo conocimiento se
relaciona de manera no-arbitraria con la estructura cognitiva del aprendiz. La
diferencia que existe entre el aprendizaje memorístico y el aprendizaje
significativo está en la relación que existe entre el nuevo conocimiento
adquirido y la estructura cognitiva.
—Si esta relación es abitraria y lineal, el
aprendizaje es mecánico.
—Si la relación es no-arbitraria y
sustantiva, el aprendizaje es significativo.
Ausubel defiende que el profesor debe conocer
los conocimientos previos del alumno. De esa manera se conoce qué sabe
previamente el alumno para poder relacionar las ideas previas con las nuevas
que se van a enseñar. De ahí que sea recomendable, antes de iniciarse en
cualquier tema, realizar una evaluación inicial.
La motivación del alumnado también es un
factor fundamental, por lo que si el discente no tiene intención de aprender,
jamás lo hará. Por ello, el profesor debe propiciar un ambiente motivador, que
provoque que el alumno se sienta cómodo en clase y con actitud favorable. ¿Cómo
se puede conseguir esto? Utilizando ejemplos prácticos, visuales, cercanos,
fotografías que ilustren los conceptos, diagramas que ayuden a comprender…
Por otra parte, de Jerome Bruner se importa
el aprendizaje por descubrimiento (ver enlace al final). Propone una teoría de
la instrucción que intenta exponer los mejores medios para aprender lo que se
desea enseñar y está relacionada con mejorar, más bien que con describir el
aprendizaje.
Al igual que Piaget, Bruner (1972) también
defiende que los temas de estudio hay que adecuarlos al nivel del alumno. Según
éste, se puede enseñar cualquier tema a una persona de cualquier edad siempre y
cuando se adecuen al nivel de desarrollo del alumno. Por poner un ejemplo, se
puede hablar con un infante de lo que es la muerte al igual que con una persona
adulta, pero ajustando su explicación y descripción de ese tema acorde a su
edad y conocimientos.
Bruner defiende que el instructor debe
motivar a los estudiantes (al igual que Ausubel) y que ellos mismos descubran las relaciones entre conceptos; que estudiante
y profesor se involucren en un diálogo activo y que se produzca un currículo en
espiral de manera que se trabajen periódicamente los mismos contenidos, cada
vez con mayor profundidad.
En conclusión, debemos tener en cuenta a día
de hoy las propuestas de estos autores, junto a Piaget y Vigotsky, que defendía
la necesidad del aprendizaje en sociedad, para propiciar un mejor aprendizaje
por parte del alumnado. Debemos procurar elegir aquellas actividades que
creamos que van a motivar más, que organicen mejor las ideas que se van a
transmitir y que vayan a generar un mejor asentamiento de la información. Si
procuramos que se realice trabajo basado en proyectos, búsqueda de información,
investigación, trabajo en equipo, mesas redondas, debates, técnicas diversas
como el role-playing y dramatizaciones… seguro que favorecemos un aprendizaje
significativo mucho mejor que si aprendemos memorísticamente datos sin más. El
aprendizaje significativo que expone Ausubel, nos pide como docentes, la labor
de orientadores del alumno. Debemos enseñarles a aprender, a organizarse y
buscar aquellas estrategias que les permitan sintetizar la información. Así,
los mapas conceptuales, los esquemas, el subrayado, resúmenes o ejes
cronológicos podrían ser una buena solución, aunque recordando el primer día de
la materia de Aprendizaje y Enseñanza del Dibujo del Máster de Secundaria, se
nos explicó que más del 90% de la información aprendida acaba asentada si es el
alumnado quien lee, investiga, acepta y descarta información y finalmente
explica a los demás qué es aquello que ha aprendido.
Ver enlaces:
Bibliografía:
Ausubel, D. P., & Novak, J. H. H. (1976).
Significado y aprendizaje significativo. Psicología educativa:
un punto de vista cognoscitivo,
53-106.
Bruner, J. S., & Parés, N. (1972). Hacia una teoría de la instrucción. Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana.
Marcos, A. Yépez, A. (2011) Aproximación a la
comprensión del aprendizaje significativo de David Ausubel. Revista Ciencias de
la Educación.
Oyarbide, M. A. Jerome Seymour Bruner: De la percepción al
lenguaje. Revista
Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653).
Peralta, L. P. R., Díaz, S. L. F., Peña, Y. M. G., & Albarracín,
(2011) L. M. E. The social genesis of the cognitive processes from the approach
of Jerome Bruner.
Web:
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